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Buennacer asociación civil fue fundada en el año 1986. Su nombre es inspirado en un libro del Obstetra Francés Michel Odent, precursor mundial del nacimiento Natural y el apego inmediato, y quien fue inspiración y soporte teórico en nuestros primeros tiempos.
¿Cómo y porqué se nos ocurrió fundar Buennacer? Como protagonista me toca echarles el cuento.
Las áreas de trabajo eran: Preparación Psicoprofiláctica para el Parto, Puericultura, Nutrición, Educación de los Hijos y Educación Sexual. Las mujeres que llevaban adelante este programa, muy particularmente Elisa Jiménez (quien yo ubico como una de mis maestras) usaban estos espacios y estos temas para propiciar una alta participación de las usuarias en temas que las involucraban directamente por el proceso que estaban viviendo, y para estimularlas a que procuraran los cambios necesarios para mejorar sus experiencia tanto en el plano personal, familiar y social.
Algunas de estas profesionales habían ido al exterior para formarse como facilitadoras en el parto Psicoprofiláctico, pero no se limitaron a manejarlo como una técnica para el parto sin dolor (como se llamaba para entonces), ni a esta sola área y a mi juicio emprendieron valientemente este programa de concientización y participación para las gestantes que llegaban al COF.
Yo llegué allí como pasante de la escuela de psicología y me fui trece años después, el impacto que esta experiencia generó cambió mi vida, despertó una de mis grandes pasiones y marcó mi misión de vida profesional: trabajar con las familias gestantes con una perspectiva humanizada y participativa.
Me impactó cómo aquellas profesionales estaban comprometidas con las embarazadas, cómo las embarazadas, al tener un espacio, abrían sus cuerpos, sus emociones, sus vivencias, para buscar mejor atención, respeto y participación, cómo querían modificar la deshumanización de la salas de parto y dar respuestas alternativas a la creciente medicalización.
Eran ríos de gestantes, lo digo porque luego trabajé en privado con grupos pequeños y allí lográbamos reunir hasta 70 mujeres en un auditorio y un sábado de las 10 semanas que duraba el curso se invitaban a un gran ausente del proceso, el Padre, aquellos hombres con cierto pudor, alegría y firmeza decían que ellos también querían participar,que ellos también eran parte.
Ya para ese entonces no se llamaba preparación Psicoprofiláctica para el parto sin dolor, sino Educación Prenatal: se aprovechaba el período gestacional para informar, educar propiciar espacios de reflexión y participación.
Era un programa muy consolidado que despertó el interés de diversos profesionales e instituciones por lo que se planteó la necesidad de crear una escuela para entrenar Educadores Prenatales y así difundir y replicar los logros obtenidos. Desde ese espacio público se comenzaron a dar iniciativas privadas a través de las cuales se implementaba la Educación Prenatal a grupos más pequeños donde con frecuencia se incorporaba el Padre, lo cual estableció un aspecto central de lo que ha sido el trabajo desarrollado por Buennacer LA ATENCION DE LA TRIADA(padre-madre-hijo) .
En el trabajo en la maternidad nos había quedado claro el papel PROTAGóNICO de esta triada y la necesidad de evaluar, y de ser posible, modificar la creciente medicalización del parto que para ese entonces establecía niveles de cesárea cercano al 50%.
Se formó un grupo de parejas que en reuniones semanales discutían textos y referencias de experiencias de ASISTENCIA AL PARTO NATURAL de otros países, diseñaban como querían tener su experiencia. Recibimos apoyo de un obstetra (el Dr. Pedro Colmenares) que logró que en una clínica pequeña en la Calendaría nos permitieran llevar a cabo buena parte de las acciones que planificaban: presencia del padre en el parto, apoyo de una facilitadora, reducción de las prácticas obstétricas más comunes como inducción, fórceps y cesáreas.
Asistencia al PARTO VERTICAL
Recuerdo dos anécdotas que nos pueden dar una idea de cómo era el accionar y la determinación de este grupo: a propósito de la amplia participación, organizaban partos colectivos (se acompañaban en las casas en las primeras etapas del parto, para lograr familiaridad y confianza). En una oportunidad leyeron, que comer placenta era bueno para que la parturienta se recuperara rápido y lactara mejor, por lo de las hormonas, y para probarla, nos dieron a comer placenta a quienes estábamos presentes en el parto.
A mi juicio uno de los planteamientos más relevantes que desarrollamos en estos encuentros fue lo referente a la HUMANIZACION DEL NACIMIENTO. A partir de allí nos ocupamos de mejorar el recibimiento del Niño Luz tenue, ambiente cálido, contacto inmediato con la madre (Apego inmediato) y Lactancia Precoz.
Desarrollamos un concepto de CESAREA HUMANIZADA para cuando el parto no se podía lograr por vía vaginal. Estaba presente el Padre, al niño se le daba el mejor recibimiento posible procurando también la lactancia Inmediata.
Se hicieron redes de apoyo para la pareja recién parida y posteriormente se abrió un programa de educación post natal.
A los pocos meses de la creación de este grupo, estas ¨Barrigonas y Barrigones¨ junto con profesionales y conmigo a la cabeza Fundamos Buennacer.
En todo este tiempo hemos tratado de mantenernos activos para lograr lo que a mi juicio serian objetivos que permitirían ampliar nuestra propuesta y así apoyar a las familias para el logro de una atención más integral y una mejora de su experiencia:
- La masificación de la educación Pre y post natal
- La creación de centros de asistencia al parto y al Nacimiento más Humanizados
Para expandir los objetivos de la institución y tomando como punto de partida la Escuela de Educadores Prenatales del Centro de Orientación Familiar de la Maternidad Concepción Palacios, creamos la escuela de formación de Buennacer que llamamos Escuela de Facilitadores del Nacimiento.
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